Hoy recordé que no hay que rendirse.
Un intento no válido es una razón más para continuar luchando.
El arte de las palabras es la belleza de poder expresarse facilmente.
viernes, 24 de febrero de 2012
lunes, 6 de febrero de 2012
domingo, 5 de febrero de 2012
6 de febrero.
Un día cualquiera y corriente llegó al mundo una niña llamada María, desde este momento comenzó para ella una vida llena de sorpresas. Un 6 de febrero creció la ilusión de una familia por ver a esta niña crecer. Ahora faltan unas horas para su cumpleaños y ella impaciente lo espera aunque no quiere que su edad aumente cada 365 días más, no quiere envejecer aunque esto sea inevitable porque sabe que cuando pasen los años, cuando ya sea mayor de edad echará en falta estos momentos en los que no se preocupaba tanto por las cosas y no tenía casi de que ocuparse, extrañará la vida que medianamente se puede llamar fácil, la satisfacción que le producían los pequeños detalles, el quedarse impregnada de agua bajo la lluvia y correr por la calle sin importarle la reacción de las demás personas, el soplar las velas en la tarta con tanta ilusión, echará de menos el ser una niña feliz que no se rinde hasta cumplir sus metas porque pueda que un futuro la tristeza llegue a ella y quizás, digo quizás, tenga miedo, miedo al futuro próximo que cada cumpleaños más cerca tendrá. Esa niña, María, soy yo.
El caballero de la armadura oxidada de R. Fisher
Mientras descendía recordaba cosas de su infancia y lograba liberarse de todo lo que arrastraba. Entonces comenzó a elevarse y, cuando se dio cuenta, estaba en la cima de la montaña. Terminó por emocionarse y lloró, eran lágrimas que provenían del corazón por lo que estaban tan calientes que se derritió la última parte de la armadura. Ahora sí era totalmente libre, había comprendido que el universo y él eran uno solo y ahora tenía un mayor resplandor. Entendió que la vida consistía en el amor, y todo lo que la formaba lo era.
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